Aparezco por aquí de vez en cuando y probablemente os asuste. La continuidad, la regularidad y la homogeneidad hacen gala de su ausencia por aquí y yo tampoco las invito a que vengan porque no suelen caerme bien. O yo a ellas. Anyway.

viernes, 28 de junio de 2013

Y sigue ahí.~ (Parte 1)

Día 1.

Despierto en una habitación con paredes de espejo. Me sobresalto al ver mi cara nada más abrir los ojos, reflejada en la pulida superficie del suelo, se sobresalta, parece que más que asustarme yo de ella se asustara ella de mí. Pero no, sólo es mi reflejo. No como ella, la otra. Intento creer que en realidad es un sueño estúpido, que nada ha ocurrido y que sólo yo y mis reflejos estamos en esta habitación.
Pero levanto la cabeza, y sigue ahí.
Me mira con ojos extraños. Nunca había visto unos ojos parecidos, a excepción de en los espejos.
Porque ella es como yo. Ella ES yo.
Es idéntica. La cara, la piel, la voz, hasta la forma de juntar las piernas al sentarse es mío, todo mío. Y ella lo tiene.
No sé cómo, pero se ha apoderado de mí, de mi esencia. Es un clon. Es MI clon.
Y sigue ahí, me mira como si yo fuera lo único que viera. Tal vez no sabe que es igual que yo, idéntica a mí. Tal vez porque no sabe que los reflejos de los espejos no son sólo míos. También ella se duplica hasta el infinito en ellos, y cada vez que una de nosotras se mueve toda la habitación da vueltas como en una gigantesca noria.
Los espejos no hacen más que acentuar la sensación de que siempre hay algo siempre detrás mía. No lo veo, pero es uno de tantos de mis clones de espejo, de mis reflejos. Los clones de espejo y el clon real: no es lo mismo. Creía que ella era uno de espejo, pero se levantó mientras yo estaba en el suelo.
Ahora no, ahora está sentada, mirándome fijamente como si nada más importase. Una rabia inmensa me consume por dentro, pero no, no debo ceder, entonces ella ganaría. No voy a perder la calma, no voy a dejar que ella sea superior a mí. Voy a ponerla en su sitio. Me doy la vuelta para no verla, pero el espejo me devuelve su imagen desde detrás. Donde quiera que mire está ella, y lo peor de todo, nunca sé si es ella o soy yo. La odio, la odio a muerte, la mataría. Cierro fuertemente los ojos para no verla, quizás así desaparezca.
Pero no lo hace. No al menos cuando vuelvo a mirar tras un largo rato sumida en la oscuridad.
Por favor, que se vaya, sólo quiero que se vaya.

lunes, 17 de junio de 2013

Sola~

Estaba sola. La tranquilidad se reflejaba en las paredes blancas como las ondas sobre la superficie del agua. El silencio lo inundaba todo, lo cubría todo, era como una masa pegajosa de la que no podía salir. Intentó hablar, romperlo, pero no lo consiguió. La lengua le pesaba demasiado, casi tanto como las cuestiones que la carcomían por dentro. No podía dejar de pensar. Miles de dudas, de preguntas resonaban en su cabeza por más que trataba de ahogarlas. El silencio, más que sofocarlas, las acentuaba. La rabia, la impotencia, la culpabilidad empezaban a enroscarse en su garganta como un nudo que lenta pero inexorablemente la iba asfixiando. Como la cuerda que ahorca al ahocado, al suicida, así iba poco a poco consumiendo su energía, sus ganas de vivir, y sin embargo seguía pendiendo de ella. Hasta ese punto dependía de ellos, de sus miedos, sus temores, sus indecisiones. Se aferraba a ellos desesperadamente, los necesitaba, y no se daba cuenta de que esa necesitad, poco a poco, acabaría ahorcándola de su propia soga.

domingo, 9 de junio de 2013

Luchar por tus sueños~

Hace mucho, mucho tiempo, un 10 de diciembre de 1999, nació una niña un tanto extraña. Era una pequeñaja, tanto que cabía en la palma de la mano de su padre. Lo primero que oyó al nacer fue: 'No creas que todo va a ser tan fácil en esta vida'. Aquella fue la primera frase que oí en mi vida.
Es una frase curiosa. Podría haber sido 'Hola, pequeña', 'qué guapa eres' o algo de lo que se suele decir a los bebés cuando nacen.
Pero a mí me tocó esta. Desde pequeñita me han contado esa historia. Nada más sacarme, el médico me miró a los ojos y me lo dijo.
Y desde pequeñita he pensado que no estaba bien. Que las cosas deberían ser fáciles, te dejan más tiempo para ocuparte de lo que te interesa. Como quién quieres ser o qué quieres hacer. Las cosas complicadas no suelen dejar tiempo para hacer otras, otras que tal vez te apetezcan más, o que sean mejores, o que no te duelan tanto.
No ha sido hasta ahora cuando me he dado cuenta de que es una suerte.
Es una suerte que las cosas sean complicadas, que gastemos tiempo en ellas, que nada sea demasiado fácil. Porque luchar por tus sueños, por aquello o aquellos a los que amas, es una de las cosas más importantes que debes hacer. Superar los obstáculos y las dificultades por una meta. Esforzarse para conseguir las cosas. Porque el mundo no tendría sentido si todo fuera fácil. Eso sería aburrido, vulgar. Podrías hacer todo lo que quisieras en un instante. A primera vista parece idílico, pero las personas tendemos a despreciar aquello que conseguimos fácilmente. Y si todo fuera fácil, ¿Qué valoraríamos entonces? Ni el amor, ni la amistad, ni nada de aquello que da sentido a la vida existiría por completo, y nos iríamos difuminando poco a poco como sombras. Porque somos nuestros sueños, nuestros ideales, porque aquello que sentimos es lo que nos modela por dentro. Porque tenemos que luchar por nuestros sueños y por lo que deseamos.
Tenemos que aprender a ver cada dificultad como una meta. Como algo que si conseguimos superar, vamos a estar mucho mejor, porque es así. Aprender de ello, de los errores. Sacar callo de las malas situaciones, de las lágrimas, del dolor. Lamentarse por ello no te va a servir de nada. Nada de lo bueno se consigue sin esfuerzo.
¿Y sabes cual es el premio? La satisfacción de saber que has vencido tus miedos, tus traumas, de que has conseguido aquello que anhelabas. Haber logrado con esfuerzo lo que a otros les parecía imposible. A pesar de que duela, y de que no siempre sea fácil. Superar los obstáculos, a pesar de todo.

Eso, eso te hace fuerte.
Es lo que nos hace GRANDES.