Aparezco por aquí de vez en cuando y probablemente os asuste. La continuidad, la regularidad y la homogeneidad hacen gala de su ausencia por aquí y yo tampoco las invito a que vengan porque no suelen caerme bien. O yo a ellas. Anyway.

sábado, 30 de mayo de 2015

''Y a veces pienso que es un don olvidar.''

Hoy he leído un párrafo que decía que "Hay cicatrices que se rebelan para regresar a su condición primera: heridas" y, joder, es extraño que un párrafo de un libro que nunca he leído y del que no tengo idea de quién es el autor me llegue más adentro que la carne y los huesos. Siento esa frase en las fibras de los músculos y en la cara interna de las rodillas. La siento en las uñas mordidas y en el callo del anular que tengo de escribir. Escribirte. Describir. Gritar. Palabras que se fusionan en un mismo significado final, después de todo. Quién iba a decirme a mí que viviría del miedo. Como dice Vetusta, ''El valor para marcharse, el miedo a llegar'' y es que nunca he querido volver, pero no porque mis recuerdos sean pesadillas, sino porque sino todo fue demasiado irreal. Es como cuando te compras la libreta más bonita del mundo pero no la usas para no estropearla; algo así pasa con tus pecas. Centrada en el gregarismo de tus venas, se me pasaron mil y una cosas por alto. Y no me arrepiento todo lo que debería.
El párrafo luego decía que "su frenesí no se conforma con retroceder un ciclo; quieren el acto nuevamente". Ojalá hubiéramos tenido algo que volver a querer. Supongo que hay cosas que dejan de tener sentido. Ahora encajan un poco más en mi vida.
 
No es mucho,
pero es lo que hay.
Demasiadas turbulencias,
y pocas buenas.
(Aunque siempre hay algo bueno,
ya sabéis,
y si no, tranquilos,
eso es que sois como yo.
No estáis solos en el mundo)
 
Gracias.
 
30/05/2015
 


viernes, 1 de mayo de 2015

''Marina, te llevaste todas las respuestas contigo''

Dije una entrada al mes y será una al mes aunque tenga que vomitar mi alma en cada verso que te escriba y en todas las canciones en las que te escuche. Escribo esto corriendo, desordenado, en paralelo a mi vida y a todas las cosas que no somos y que pudimos ser. Hace frío y me acristala las entrañas, y mis mariposan aletean con las alas empañadas de hielo como el séquito fúnebre en un entierro que se dispone a morir. Hace dos semanas leí Marina y aún no me siento capaz de hablar de ella ni de escoger una parte en separado del libro y gracias a ella he empezado a entender por qué no sé resumir pero sé señalar. No tiene sentido cortar un fragmento de algo porque nunca vas a poder capturar la esencia entera de ese algo que cortas y es entonces cuando las cosas pierden sentido. Es por eso que, ahora que me he dado cuenta de que vivo a trozos, tengo la sensación de que no vivo porque vivo todo el rato y no me entiendo ni yo. Y si yo no lo hago, ¿quién va a querer entenderme? Seamos realistas, a nadie le interesa conocer a mis manías. Que una vez alguien me dijo que a la gente se la quiere por sus defectos y entonces no lo entendí y ahora lo entiendo cuamdo el reloj da las ocho por tercera vez los viernes. Y hoy es un martes camuflado de jueves camuflado de viernes, y es el último día de abril. Y quedan veinte minutos hasta que sean las doce y sea mayo y nunca me ha gustado el viento de mayo.

 
Si alguien lee esto, por favor, que no me odie.
Hoy no hay gracias.
 
30/04/2015