Aparezco por aquí de vez en cuando y probablemente os asuste. La continuidad, la regularidad y la homogeneidad hacen gala de su ausencia por aquí y yo tampoco las invito a que vengan porque no suelen caerme bien. O yo a ellas. Anyway.

martes, 30 de junio de 2015

¿El fin del mundo ha hecho noche allí?

Cada vez os vengo con menos. Por esa regla de tres, deberíais odiarme más.
En fin. Ahora que tengo tiempo libre duermo menos. Eso lo resume más o menos todo.
No sufráis mucho, hacedlo por mí.
 
 
 
 
 
Tengo la sensación de hacer claqué sobre tu alambre, de bailar al son de tus títeres de soledad. He buscado en la piel de las serpientes hasta arrancarme las uñas, no he leído mi libro favorito en dos semanas por no desangrarme. Hablo con desconocidos que entienden más de mí que yo misma.
Vetusta suena, pero no engaña. Todos se han dormido y yo sigo aquí, escribiendo, esperando que no estés. El cielo hace mucho que no llora y oigo a los aviones pasar en vuelo raso sobre nuestras cabezas. Pienso que lo mejor fue dejarnos pero ojalá hubieras tenido el valor de recogernos, porque ahora sólo escribo a lo que pudo ser y no fue y, joder, cómo duele. Mentiría si dijera que me obligo a escribirte, mentiría si dijera que lo prefiero a pasear por ahí mientras todos duermen sin sueños pero me han cerrado a puerta de la calle y me he tragado la llave por accidente. 
Los grajos nos sobrevuelan. Pronto seremos cadáveres.
Pero, ay, qué bonitos huesos seremos cuando nos arranquen la piel a tiras.
Estoy deseando empezar.
 
 
Este calor me apisona.
Mira que creía que era difícil hacerlo peor.
Espero que esta racha no me dure.
Una vez más y por encima de todo,
Gracias.
30/06/2015.