Aparezco por aquí de vez en cuando y probablemente os asuste. La continuidad, la regularidad y la homogeneidad hacen gala de su ausencia por aquí y yo tampoco las invito a que vengan porque no suelen caerme bien. O yo a ellas. Anyway.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Noviembre. La chica volátil y sueños por cumplir.

Aunque va a resultarme raro, la entrada que os traigo para este mes no es una entrada ''literaria'' exactamente.

Os dije que tenía buenas noticias y que esperaba poder contároslas pronto. Más tarde que ponto, como siempre, aquí están.

Hará cosa de un mes o así, no sé exactamente cuánto hace (creo que un poco más) mandé un relato a un  concurso de relato corto que se celebraba a nivel provincial. La verdad es que lo mandé a última hora, recién salido del horno (escrito en menos de tres horas) y con la sensación de que podría haberlo hecho mucho mejor; pero, a la vez, con la sensación de que por qué no, de que tenía que intentarlo. Podían ocurrir dos cosas; que realmente al jurado le gustara, que supiera ver lo que yo había intentado reflejar, aunque necesitase pulirse, o que simplemente lo descartaran porque había relatos mucho más trabajados, más maduros, más originales y, en definitiva, más dignos de ser premiados.

He de añadir que en mi categoría la franja de edad era de 16 a 30 años cumplidos a lo largo del año, con lo cual, tenía aún menos posibilidades que en un concurso juvenil. A pesar de todo, decidí dejarme la piel escribiéndolo a toda hostia. Lo mandé.

Y unas dos semanas después me llamaron para comprobar si iba a asistir a la entrega de premios del concurso.

Obviamente, yo no quería hacerme esperanzas, pero con cosas así es inevitable.

El día de la entrega, a la que yo tenía que ir porque había un acto a continuación en el que también debía estar, mi nombre fue el primero que resonó en la sala. Subí las escaleras casi con miedo, pero no. Ahí estaba. Mi relato, La chica volátil, un relato escrito a toda prisa y con los dedos agarrotados y con todo el cariño del que fui capaz, había ganado el tercer premio. Yo, que en comparación al resto de personas que subieron a continuación era una cría. Y que, por presuntuoso que parezca, probablemente era la más feliz de todos ellos.

Y es que casi había olvidado lo mucho que significaba escribir. No del todo, pero casi.

Ojalá que esa sensación, lo que significó para mí escribir, mandar, recoger La chica volátil en forma de premio y recompensa, no me deje olvidarlo jamás.


PD: estoy pensándome si dejaros por aquí el relato.
Se llama La chica volátil
y habla de una chica
que es incapaz de tener nada.
(Creo que ni siquiera a ella misma)


Gracias a las letras por estar siempre ahí.
(Si queréis leer La chica volátil podríais decirlo. Eso me animaría muchísimo a subirlo.)
Esta vez a ti, que lees esto. Con cariño, gracias.

30/11/2015