Aparezco por aquí de vez en cuando y probablemente os asuste. La continuidad, la regularidad y la homogeneidad hacen gala de su ausencia por aquí y yo tampoco las invito a que vengan porque no suelen caerme bien. O yo a ellas. Anyway.

martes, 21 de junio de 2016

Lo que surja, sí, pero siempre contigo

POR FIN ES JUNIO.

Bueno, el mes ya está casi acabando pero ya me entendéis.
Ahora ya sí que no tengo excusa para subir poco y tarde, así que más vale que me ponga las pilas ¿no?
Aunque, de momento, sólo os traigo esto. (seguiremos informando)

Lo que surja, sí, pero siempre contigo


Es bonito cuando hablamos de cualquier tema y me dices algo y yo te pregunto que a qué te refieres y entonces, cuando sonríes de vuelta como nadie, es cuando me dices que nada, que sólo a lo que surja y nada más.
Contigo, lo que surja pueden ser tantas, tantísimas cosas, que dejarlo ahí parece un desperdicio de tiempo y de vida. Puede significar una tarde de verano, un día de peli y mantita, puede significar toda una noche en vela, o una vida entera contigo. Contigo, lo que surja no es un plan de última hora deprisa y corriendo, es apurar el segundero hasta el último suspiro. Qué tendrás en la voz y en el alma, que eres capaz de convencerme sin quererlo de que contigo el reloj se confunde entre minutos y segundos, de que la vida da más vueltas si lo hace cogida de tu mano y que cualquier lugar del mundo será especial si te giras de repente para darme un beso. No sé qué tengo yo para que quieras regalarme tu tiempo, incluso el que no tenemos, para pasar dos minutos más a tu lado. Contigo, incluso estaría dispuesta a abrazar la rutina, si es que eso te significa a ti; yo, que vivo colgada de mis alas y que me alejo de los barrotes de las prisiones ajenas, que le tengo pánico a lo gris y a la monotonía y que me muero de ganas de estrellarme contra todos los muros de los callejones impares.
Por ti me rompería todas las falanges del dedo meñique y cerraría las ventanas al viento del este sin romperme el corazón. Por ti, mi amor, esperaría toda la vida, precisamente porque sé que no me lo exigirías. Y quizá sea también porque, contigo, las esperas no son tanto un acto suicida, sino más bien la estela de frío que cruza una estación de tren.
Pero qué voy a decirte a ti, después de todo; qué voy a decirnos si, al final, ya lo sabemos todo.
(Felices diez; felices dos cifras)
(te quiero)

Qué más voy a decir.
Por fin es verano y tengo unas ganas locas
de quemar la máquina de escribir.
No, no tengo.
Estamos trabajando en ello.
Pretendo desabandonar esto un poquito, así que, decidme
¿os apetece que escriba sobre algo en especial?
(no os preocupéis,
que si no me gusta nada ya me las apaño yo)
Pero os lo agradecería.

Con todo el verano por delante,
gracias.

24/06/16