Aparezco por aquí de vez en cuando y probablemente os asuste. La continuidad, la regularidad y la homogeneidad hacen gala de su ausencia por aquí y yo tampoco las invito a que vengan porque no suelen caerme bien. O yo a ellas. Anyway.

lunes, 8 de julio de 2013

Y sigue ahí.~ (Parte 2)

Día 2.

Cuando despierto por segunda vez, sigue ahí. Ni siquiera parece cansada, ni hastiada, ni nada por el estilo, simplemente me mira con cara de curiosidad, como si yo no fuera más que un experimento absurdo. Una rata de laboratorio. Un conejillo de indias. Algo insignificante, en resumen.
Pero yo no soy eso. No voy a dejarme dominar. Me vuelvo de espaldas a ella, pero sigo viéndola en el espejo de enfrente. Así que suspiro y me doy la vuelta, ya que no puedo esconderme de ella, al menos la miraré a la cara. Así parecerá que no le tengo miedo. La verdad es que sí, que mis manos tiemblan y no es precisamente de frío. Que apenas he dormido, porque ha estado toda la noche a mi lado, vigilándome sin descanso. Que el solo hecho de mirarla me estremece toda la espina dorsal.
Me incorporo y me pongo de cara a ella. Como frente al espejo. Quiero que hable, quiero que me diga qué hace aquí, por qué es como yo. Pero antes de que pueda abrir la boca, me pasa una bandeja con comida.
El solo hecho de mirarla hace que me rujan las tripas, me estoy muriendo de hambre, pero me la está dando ella, tal vez sea una trampa. La miro con desconfianza.
-¿De dónde la has sacado?- Mis primeras palabras rebotan como los reflejos en las paredes, creando pequeños ecos a nuestro alrededor.
Ella no contesta, simplemente me mira, como estudiando lo que hago a cada instante, curiosa pero firmemente callada.
-¿De dónde la has sacado?- Repito, más fuerte y con más claridad que la vez anterior. Ella sonríe, pero mueve la cabeza a izquierda y derecha. No.
-¿Qué hacemos aquí?- Pruebo con otra pregunta. Mi voz está un tanto atrancada, rasposa. Ella vuelve a negar con la cabeza. No.
-No puedes salir- Empieza a hablar de pronto.- Para escapar de aquí no existen puertas. Si no encuentras la salida, nos quedaremos aquí... para siempre.
Y entonces empieza a reírse sola, como si hubiera hecho un chiste que solamente ella pudiera entender. Y no logro arrancarle ni una palabra más.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Aquí es donde tú pones lo que piensas, en teoría. (Y eso me haría feliz.)