Aparezco por aquí de vez en cuando y probablemente os asuste. La continuidad, la regularidad y la homogeneidad hacen gala de su ausencia por aquí y yo tampoco las invito a que vengan porque no suelen caerme bien. O yo a ellas. Anyway.

domingo, 15 de febrero de 2015

Tiene gracia que escriba esto cuando hoy he visto Kamikaze.

me hundo, me hundo, me hundo, me hundo.

Escribo esto directamente desde el blog. Ya no me importa qué será lo que saldrá de aquí. Necesito escribir. Ya es lo único que me salva.

Noto un mar detrás de mis orejas. Me hundo hasta los párpados en esta marea negra. No sé si quiero despertar. Me duelen los omóplatos, y las ganas. Me duelen los recuerdos y los no podrás.

No sé, nunca sé. Y a veces espero y me siento mal y a veces no espero y me siento peor pero de sirve esperar si no hay nada que vaya a venir.

Que qué va a venir, siendo yo.

Desgracias.

No sé por qué me doy oportunidades si sé que voy a fallar. Será que soy masoca. Será.

Si de normal no sé que decir imagínate cuánto me asusto cuando me inudan las palabras.

Las vomito en oleadas. Nunca acaban. Parece que a las luciérnagas de mi estómago les guste fabricarlas. Creo que debería echarlas, pero están demasiado cómodas, pobrecitas. Al menos que encuentren un lugar en el que vivir, si de todas maneras,  por un peso más en la boca del estómago no me voy a morir.

Odio mi incontinencia verbal -y emocional-.

No sé si echo de menos la poesía o es un echar de menos de disparar el gatillo para no echar de menos. Sé que no me explico. No quiero que me entendáis.

Hay poca gente que quiero que me entienda. De esa poca, apenas nadie lo hace.

También sé que me voy a arrepentir de publicar esto. Al menos así tendré algo de lo que arrepentirme.

Hoy quiero hacerme un ovillo
Y no desenredarme hasta encontrar mis nudos.


Hoy no son gracias, son desgracias.
14-02-2015.


No hay comentarios :

Publicar un comentario

Aquí es donde tú pones lo que piensas, en teoría. (Y eso me haría feliz.)